La sonrisa dice mucho de nosotros, porque lo cierto es que los dientes son uno de las zonas del rostros que más influyen en el aspecto y la impresión de una persona. Una sonrisa hermosa y saludable es sinónimo de confianza, seguridad y autoestima y está asociado a una mayor actividad social. Por ello, hoy en día el cuidado de los dientes se ha convertido en una de las prioridades estéticas para mucha gente.
Los dientes ausentes, oscuros, manchados, separados, torcidos, rotos o desgastados son sinónimo de envejecimiento. Para resolver estos problemas dentales, el dentista ofrece varias soluciones, pero sin duda el tratamiento con carillas dentales es la opción menos invasiva a muchos de los problemas dentales que afectan a la estética de los dientes.
Y, ¿qué son las carillas dentales exactamente?
Gran parte de su éxito es que permiten cerrar espacios, reparar fracturas de los bordes y hacen posible elegir tanto el color como la forma de los dientes sin apenas tocarlos. Es decir, a diferencia de las fundas dentales, que requieren tallados agresivos del diente para ser colocadas, las ventajas de las carillas dentales son mayores:
- En primer lugar, estas carillas estéticas se colocan sobre la superficie del diente sin apenas necesidad de preparación por lo que no traumatizan al diente.
- En segundo lugar, su extrema delgadez permite transparencias y texturas muy similares al diente natural, favoreciendo un resultado más armónico con el resto de los dientes.
- Por último y más importante, es que la adhesión al diente es tan resistente que favorece un mejor comportamiento biomecánico a largo plazo que las “agresivas” fundas dentales.
Y, ¿qué tipo de carillas dentales hay?
En los últimos años, la tecnología para la confección de carillas ha evolucionado mucho, especialmente en cuanto a materiales reduciéndose principalmente a dos: porcelana y composite.
- Las carillas de composite están especialmente indicadas para gente joven ya que consiguen mejorar notablemente la sonrisa sin tocar el diente, preparación ni anestesia. Todo el proceso tiene lugar en una única visita y al no existir trabajo de laboratorio, es la más económica.
- Las carillas de porcelana, por su parte, ofrecen una apariencia y un brillo muy natural. Se trata de un material muy estético, resistente y duradero por lo que el coste es algo mayor. Dependiendo del caso, puede ser necesario eliminar mínimamente el esmalte para obtener un mejor resultado. Las carillas se fabrican en laboratorio de manera personalizada.
Ambas opciones nos permiten conseguir un cambio radical en nuestra sonrisa y conseguir el aspecto deseado en poco tiempo. Además, el procedimiento es muy sencillo y casi inmediato. El especialista coloca unas finas láminas sobre la superficie de cada pieza consiguiendo de este modo un aspecto natural y un resultado duradero gracias a estos materiales resistentes, moldeables y adhesivos.