Son muchos los factores que afectan a la salud de nuestros dientes. Todo aquello que comemos o bebemos influye en ella y, en algunos casos concretos, en el esmalte dental, que es la capa que rodea y protege la superficie del diente. De sobra es sabido que el café provoca manchas y que los dulces favorecen la aparición de caries. Pero existen más enemigos del esmalte, algunos de los cuales enumeramos a continuación identificando sus factores de riesgo.
1. Tabaco
El tabaco daña los dientes y las encías, además de manchar los dientes y oscurecer el esmalte por culpa de la nicotina.
2. Zumos de cítricos
Los cítricos son buenos gracias a su aporte de nutrientes como vitaminas C y D. Aun así, consumidos en exceso pueden resultar perjudiciales al erosionar el esmalte, especialmente algunos ejemplos como el limón o el pomelo.
3. Vinagre
Al ser excesivamente ácido puede repercutir en el desgaste dental.
4. Té y café
Además de favorecer las manchas en los dientes, pueden destruir la molécula “hidroxihapatita” que interviene en la estratificación del esmalte.
5. Ketchup
Debido a su contenido en vinagre y en ácido acético conviene no abusar, ya que puede dañar el esmalte.
6. Palomitas de maíz & patatas fritas
Productos demasiado ricos en hidratos y azúcares que, de fermentar, producen ácido láctico que deteriora el esmalte. Conviene lavarse los dientes justo después de comerlos.
7. Pasta & pan
También contienen ácido láctico. Por ello debemos lavarnos los dientes después de comerlos.
8. Chicles
Mascar chicle no ayuda al esmalte porque al pegarse a la superficie producen bacterias que generan ácido que erosiona el esmalte y favorece la aparición de caries.
9. Hielo
Masticar hielo puede provocar, debido a su dureza, fisuras o roturas en los dientes.
10. Cepillos duros
Una buena higiene dental incluye el uso de un cepillo adecuado. Debemos evitar los cepillos demasiado duros, ya que pueden desgastar el esmalte e incluso dañar las encías.
Para combatir a todos estos posibles enemigos de nuestro esmalte, es fundamental que vigilemos nuestros hábitos y que cuidemos la higiene dental. Para ello es importante cepillarnos tras cada comida, usar hilo dental sin dañar las encías y visitar al dentista al menos dos veces al año.