La OMS establece que la caries dental es, actualmente, la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, con una alta prevalencia en preescolares españoles. ¿Sabías que, además, la caries puede aparecer una vez han erupcionado los dientes temporales a partir de los 6 meses de vida?
La caries es una disbiosis causada por bacterias presentes en la boca del bebé o niño que metabolizan los azúcares de la dieta. De este metabolismo se generan unos ácidos que hacen que el pH de la boca sufra variaciones y el esmalte se acabe desmineralizado, comenzando así el proceso que entendemos como caries.
Los múltiples estudios realizados sobre esta enfermedad corroboran que es un proceso azúcar-dependiente, por lo que la dieta es de vital importancia para su prevención y control.
Las caries de biberón
En concreto, las caries del biberón son aquellas caries que aparecen durante los primeros años de vida del bebé, una vez han erupcionado los dientes temporales, y están asociadas a malos hábitos alimenticios y de higiene como:
- Impregnar el chupete en sustancias cariogénicas como miel, azúcar, etc.,
- No cepillar los dientes antes de acostarse.
- Hacer tomas nocturnas tanto de biberón como de lactancia materna sin una posterior limpieza dental del bebé.
Si nuestro hijo toma biberón, debemos tener en cuenta que la tetina debe ser lo más parecida a la de los senos maternos para simular la succión como con la lactancia materna. Así, nos beneficiaremos del desarrollo de la boca de nuestro bebé. Además, a partir de los 18-24 meses se debe potenciar beber en taza y evitar el uso del biberón. Si se continúa, es muy importante para la salud bucal que se laven los dientes después de cada toma, sobre todo a la noche.
¿Cómo se detecta la caries en los dientes de leche?
La forma inicial de la caries es una mancha blanca. A nivel clínico, lo que se observa es una mancha blanca mate rugosa que aparece en los dientes cerca de la encía. Aún no se ha producido una rotura del esmalte dental, por lo que el tratamiento de esta lesión inicial es muy sencillo y consiste en la remineralización de la zona afectada con flúor de alta concentración.
En caso de que el proceso siga avanzando, la mancha blanca se cavita, el esmalte se rompe y el proceso carioso llega a la dentina, donde su progresión es más rápida que en el esmalte. Una vez estamos en este punto, el tratamiento necesario será “empastar” el diente, bajo anestesia local.
Pero el proceso puede seguir avanzando si no acudimos a tiempo al dentista, y llegar hasta la pulpa o nervio del diente, en cuyo caso el tratamiento es más complejo. Estos casos suelen estar relacionados con una historia de dolor, supuración, el niño deja de comer…
En algunas ocasiones, si el proceso de caries es de larga evolución, es posible que sea necesaria la extracción de la pieza dental de leche, no sin consecuencias graves sobre la salud y el desarrollo del niño.
Los síntomas que podemos encontrar en los pacientes infantiles debido a las caries son:
- Dolor,
- Inflamación,
- Supuración,
- Malestar,
- Irritabilidad,
- Falta de apetito,
- Disminución del desarrollo físico
- Disminución del rendimiento escolar y aumento del absentismo escolar.
En definitiva, se produce una disminución de la calidad de vida relacionada con la salud oral de nuestros pequeños
¿Qué pueden hacer los padres?
Muchos padres y madres desconocen que la caries también puede aparecer en bebés si no cuidamos su boca de la forma adecuada. Por eso es primordial acudir al odontopediatra a partir del primer año de vida para instruir en medidas de prevención y salud: higiene oral, dieta y flúor, que son los pilares básicos de una buena salud oral.
Es decir, al igual que en un adulto, los dientes del bebé deben cepillarse desde el momento que erupcionan en la boca, siempre con muy poca cantidad de pasta de dientes con suplemento de flúor.
Consejos para prevenir la aparición de caries en los bebés y los niños:
- Comenzar el cepillado una vez erupcione el primer diente temporal en boca. Existen cepillos especiales adaptados al tamaño de la boca del bebé.
- Cepillado con pasta dental fluorada (1000 ppm) dos veces al día: de 0 – 3 años la cantidad de pasta dental equivale a un grano de arroz, a partir de 3 años equivale a un guisante.
- Usar seda dental una vez los dientes temporales están en íntimo contacto.
- Evitar alimentos dulces y bebidas azucaradas: zumo, galletas, Nutella, bollería…
- Antes de irse a dormir se debe realizar la correcta limpieza bucal del bebé.
- El cepillado debe ser supervisado por un adulto hasta los 8-9 años de edad.
- Es importante que padres y cuidadores también mantengan buenos hábitos de salud, puesto que hay una contaminación cruzada de bacterias de familiares a niños.
- Evitar utilizar el agua del grifo.
- Por último, pero no menos importante, hay que realizar visitas regulares al dentista con el objetivo de prevenir y diagnosticar precozmente cualquier anomalía.
Es muy importante que nuestros bebés e hijos tengan buenos hábitos bucodentales desde antes de que aparezcan los dientes de leche. Esto favorecerá que de adulto tenga una boca libre de caries y evitamos que sus dientes permanentes puedan verse afectados a una edad temprana.