Muchos padres acuden a nuestra consulta preocupados porque sus hijos rechinan los dientes por la noche. Por esta razón queremos dar un poco de luz a este problema, explicando todo lo que debes saber acerca del bruxismo en niños.
¿En qué consiste el bruxismo?
El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o friccionar unos dientes contra otros sin un objetivo funcional y con una intensidad variable. Se considera que este fenómeno está regulado por el sistema nervioso central e influido por factores periféricos. Existen dos tipos de bruxismo (nocturno y diurno), pero también se puede clasificar según su origen como:
- Primario o idiopático cuando no está relacionado con ninguna entidad médica.
- Secundario o iatrogénico cuando sí está relacionado con enfermedades médicas provocadas por determinados medicamentos.
¿Afecta mucho a los niños?
En cuanto a la prevalencia de la enfermedad, los estudios hablan desde un 4-40% de la población infantil. La edad crítica para esta enfermedad es entre los 7 y 10 años, que corresponde con el período de dentición mixta, y que tiende a disminuir a medida que aumenta la edad, ya que se establecen patrones de oclusión más estables al erupcionar los primeros molares e incisivos permanentes.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma más característico y común es el ruido producido por el rechinamiento dentario durante la noche. Se trata de un ruido bastante intenso, que sucede en repetidas ocasiones a lo largo tiempo y que suele ir acompañado de desgaste de las superficies dentarias.
En principio, este síntoma es un indicativo de que el paciente está bruxando porque aún no posee patrones oclusales estables (que se dan entre los 5-10 años) y se considera algo normal siempre que no venga acompañado de problemas funcionales como limitación de apertura o dolor orofacial.
Otros síntomas que podemos observar en los pacientes con bruxismo son: la afectación de las encías, la afectación de los músculos cérvico-craneales y a la articulación temporomandibular, cefaleas, e incluso trastornos del sueño
¿Cuál es el origen del bruxismo?
La conclusión es que la causa del bruxismo infantil depende de múltiples factores:
- Maloclusiones: la mala posición de los dientes puede crear interferencias oclusales que junto al estrés constituyen los factores etiológicos fundamentales para el desarrollo del hábito de bruxismo.
- Trastornos respiratorios del sueño.
- La calidad de sueño: existe una asociación entre cantidad de horas de sueño y el bruxismo, señalando que niños que duermen menos de 8 h están más predispuestos a padecerlo.
- Trastornos psicosociales: el nivel de estrés y los tipos de personalidad son factores de riesgo para el desarrollo de bruxismo en niños.
- Problemas posturales: algunos estudios también relacionan algunas posturas corporales y malos hábitos orales con un mayor índice de bruxismo.
- Trastornos genéticos: se ha observado una mayor incidencia de esta enfermedad en pacientes con síndrome de Down, parálisis cerebral o autismo.
¿Cómo tratar el bruxismo infantil?
Antes de instaurar un plan de tratamiento, lo más importante es hacer un buen diagnóstico, ya que, como hemos comentado, la causas del bruxismo pueden deberse a factores neurológicos, psicológicos y anatómicos, y todos han de tenerse en cuenta a la hora de planificar el tratamiento más adecuado para el niño.
En cuanto al bruxismo primario en niños, existe controversia acerca de cuál es el tratamiento ideal. En general, en estos casos se tiende a una terapia observacional más que intervencionista. Es normal que haya cierto desgaste o atrición fisiológica dental en las piezas temporales debido al uso y a la necesidad de los maxilares para desarrollarse. Además, a medida que van erupcionando los dientes permanentes y el niño crece, hay una disminución en la prevalencia del mismo.
Es diferente, en caso de que el paciente infantil presente algún síntoma indicativo de trastorno temporomandibular como dolor o limitación de apertura. Ante este tipo de situaciones, sí que se deberían tomar las medidas terapéuticas necesarias para aliviar los síntomas. Los tratamientos propuestos para tratar los distintos tipos de bruxismo en función de su origen son:
- Aparatos oclusales durante el sueño: su uso en niños con dentición temporal y mixta es controvertido debido al crecimiento y desarrollo a estas edades.
- Ortopedia: se ha visto que en los casos que lo reunieran al expandir el maxilar se consigue mejorar o eliminar el bruxismo.
- Terapia psicológica: ayuda a reducir el estrés y a establecer pautas de estilo de vida saludable.
- Tratamiento quirúrgico: en casos en los que la causa se deba a obstrucciones respiratorias.
- Fisioterapia: para la corrección postural.
En definitiva, lo más importante es averiguar el origen del bruxismo para así poder tratarlo correctamente. En la mayoría de los casos la observación mediante controles dentales periódicos es suficiente. Sin embargo, si junto con el bruxismo del sueño el paciente presenta otros síntomas como dolores de cabeza, o problemas temporomandibulares, se recomienda tratar al paciente de forma multidisciplinar parar su correcto manejo.