Los implantes dentales contemporáneos aparecieron a finales de la década de 1960 y llevan con nosotros desde entonces. Los implantes suponen un tratamiento de cada vez menos invasivo, con porcentajes de éxito muy elevado.
Desde su aparición, la implantología dental ha supuesto una revolución en los tratamientos dentales, permitiendo a los pacientes recuperar piezas dentales pérdidas, en un alto número de casos, en tan sólo 24 horas.
Hoy, podemos decir que es una técnica altamente efectiva y gracias a los nuevos avances en Odontología, el tratamiento con implantes dentales es posible incluso en pacientes que no tienen hueso maxilar. No obstante, todavía existen ciertas dudas y desinformación, por lo que muchos pacientes nos preguntan cuáles son las partes de un implante dental, es decir, sus componentes y qué material se utiliza en su fabricación.
Materiales de un implante dental
Los implantes dentales que utilizamos hoy en día se fabrican, básicamente, en dos materiales. La gran mayoría de ellos son implantes de titanio. El titanio es un metal altamente resistente y biocompatible con los tejidos humanos. Desde 1969, ha demostrado integrarse o “unirse” químicamente con el hueso humano de manera predecible y estable a largo plazo, lo que garantiza tratamientos duraderos.
No obstante, al ser metálico, en ocasiones, el color oscuro puede transparentar a través de la encía. Para evitar este inconveniente, los diferentes fabricantes diseñaron los implantes de cerámica, que son completamente blancos y, por lo tanto, no ofrecen el inconveniente del colocar oscuro metálico.
Sin embargo, estos implantes cerámicos siguen teniendo la incógnita de saber si serán estables a largo plazo. Actualmente, los estudio científicos sobre implantes cerámicos no alcanzan los tres años, por lo que no sabemos su comportamiento a largo plazo y por ello nos es recomendable su uso.
Componentes de un implante dental
Una vez que el implante ha sido colocado, es hora de reconstruir la pieza dental de cerámica. Recordemos que el implante dental es la raíz artificial que sujetará el nuevo diente, y por lo tanto deberemos utilizar otros componentes que permitan conectar el implante dental con el futuro diente.
Estos componentes se denominan pilares y en estos casos el material de elección es la cerámica. A diferencia de los implantes dentales de cerámica, los pilares de cerámica han sido ampliamente estudiados y su comportamiento mecánico o estético es excelente. En la actualidad, estos pilares están hechos a medida exacta de las necesidades del pacientes y se fabrican en laboratorios dentales altamente especializados.
Los pilares suelen conectarse a los implantes mediante microtornillos que se aprietan a unos torques determinados para evitar el aflojamiento de los mismos. No obstante, en ocasiones (5% de los casos) estos microtornillos se aflojan a los 5-10 años, lo que requiere su re-atornillamiento. Esta “reparación” es sencilla y no conlleva más de 20 minutos de tratamiento.
La colocación de los componentes se hace el mismo día que se coloca el diente y su ajuste se comprueba mediante radiografías. Es importante mencionar que la precisión en la adaptación de estos componentes debe ser máxima para evitar filtraciones bacterianas.