Ya hace tiempo que venimos explicando que la periodontitis tiene un vínculo directo con las enfermedades cardiovasculares. Y ahora, esa teoría, ha adquirido el rango de “oficial”. Según contemplan las últimas guías publicadas por la Sociedad Europea de Cardiología (SEC), la periodontitis es un factor de riesgo cardiovascular al estar asociada con la aparición de disfunción endotelial, aterosclerosis y un incremento del riesgo de infarto e ictus. De este modo, la enfermedad de las encías se une a otras dolencias y trastornos que afectan al ámbito cardiovascular como son la enfermedad renal crónica, la apnea del sueño, la disfunción eréctil o las enfermedades autoinmunes.
Por todo ello, al considerarse la presencia de periodontitis como un factor de riesgo para desarrollar una dolencia cardiovascular, se aconseja su prevención y tratamiento. Esta recomendación de la SEC supone un espaldarazo definitivo a la hora de manejar y prevenir tanto las enfermedades de las encías como la salud de nuestra boca en general con el objetivo de evitar consecuencias coronarias nefastas.
Tras numerosas evidencias científicas y clínicas sobre esta relación, por fin hay un consenso a nivel internacional sobre su impacto real. Las guías publicadas por la SEP afirman de forma clara que “la periodontitis se sitúa en un apartado junto a otros trastornos de reconocido impacto negativo en la esfera cardiovascular”. Una afirmación que certifica la necesidad de seguir controlando y protegiendo la salud de nuestras encías.