Las férulas dentales o de relajación son dispositivos realizados con resina acrílica transparente, que se colocan habitualmente sobre los dientes superiores o inferiores. Están confeccionadas a medida y encajan perfectamente en la boca del paciente. Al contactar los dientes con férulas, estas consiguen que la mandíbula vaya a una posición en la que los músculos se relajan y los contactos dentales están repartidos homogéneamente.
Las férulas están indicadas especialmente para pacientes bruxistas o que tienen sintomatología y problemas en la articulación temporomandibular. Dependiendo del caso, se utilizarán todo el día o solamente por la noche.
¿Qué es el bruxismo y cuáles son sus síntomas?
El bruxismo es una parafunción o hábito sin finalidad funcional que consiste en apretar y/o rechinar los dientes, ya sea durante el sueño, lo que se conoce como bruxismo del sueño, o durante el día, también llamado bruxismo de vigilia.
Las personas que tienen el hábito del bruxismo tienen desgastes en los dientes, el aumento de la sensibilidad al frío o hipersensibilidad, fracturas y fisuras de molares y premolares, desprendimiento de empastes, dolor muscular, adormecimiento de los dedos de las manos, dolor de cabeza, ruidos y chasquidos en la articulación, etc.
¿Qué beneficios tienen el uso de una férula?
Cuando el paciente lleva varias semanas usando la férula de relajación, desaparece el dolor mandibular, el dolor articular, se relaja la musculatura masticatoria, la mayoría de las cefaleas desaparecen, los dientes dejan de tener hipersensibilidad y se evita un mayor desgaste y destrucción de la estructura de los dientes. También se evitan fracturas de coronas de porcelana, carillas y, en caso de ser portador de implantes dentales, se previenen complicaciones como aflojamiento de tornillos o pérdida del implante por exceso de fuerzas masticatorias.