Los implantes dentales han supuesto una gran ayuda para aquellas personas que han perdido los dientes, permitiéndoles recuperar la masticación y la autoestima. Los primeros implantes dentales surgieron a finales de los años 60 y han evolucionado considerablemente hasta tal punto de convertirse en la intervención de cirugía más extendida en todo el mundo.
Dolor postoperatorio tras los implantes dentales
La microcirugía para la colocación de implantes dentales ha avanzado mucho en los últimos años, de tal forma que actualmente se trata de una microcirugía mínimamente invasiva, sin dolor, tanto durante la intervención como después de la misma, en el postoperatorio. Los especialistas en implantes dentales hemos conseguido reducir en gran medida las molestias del tratamiento gracias a varios adelantos técnicos que nos gustaría comentar aquí:
- Los implantes dentales son colocados con la ayuda de un microscopio. Así, las heridas son mínimas y en el postoperatorio se generan molestias muy leves que como mucho duran 1 ó 2 días y que pueden ser controladas con analgésicos, como el paracetamol o el ibuprofeno.
- Gracias al escáner 3D realizado previamente a la intervención, el cirujano puede planificar la microcirugía de una forma más precisa y menos invasiva, favoreciendo una recuperación más rápida del paciente.
- Las nuevas técnicas de cirugía se han simplificado gracias a la aparición de instrumental quirúrgico más eficaz y menos traumático.
- La aparición de nuevos fármacos que inducen una sedación consciente (adormecimiento) durante la intervención ayudan a controlar la ansiedad o el “miedo al dentista” que experimentan algunos pacientes y, de esta manera, conseguimos que la intervención sea una experiencia placentera.
Mediante estos adelantos, hoy podemos afirmar que la microcirugía utilizada para la colocación de implantes debería ser indolora y las molestias del postoperatorio deberían ser de carácter leve/moderado, controlables con analgésicos suaves como el ibuprofeno o el paracetamol y sin extenderse más allá de los tres días posteriores a la intervención.
No obstante, existen casos en los que las molestias postoperatorias pueden alargarse hasta entre 4 y 6 días. Se trata de intervenciones en las que se ha colocado un injerto óseo. En estos casos, el dolor suele desaparecer también a los 2 o 3 días, pero la inflamación de la mejilla puede mantenerse hasta 4 o 5 días. En el supuesto que el dolor persista más allá del tercer día o que la inflamación continué después del sexto día, es aconsejable ponerse en contacto con el cirujano, pues la probabilidad de infección o el fracaso del implante es muy alta.
Normalmente, al terminar la intervención, los cirujanos ofrecemos una amplia explicación sobre qué casos pueden darse durante los días siguientes a la microcirugía, de los cuidados que se deben seguir y de la medicación a tomar.
También le proporcionamos al paciente un número de teléfono de contacto las 24 horas del día para que pueda llamarnos en caso de que le surjan dudas o si la medicación que le hemos recomendado no actúa de una manera eficaz. De esta manera, podemos modificar la medicación al momento y evitar que las molestias continúen.
En conclusión, hoy podemos afirmar que la implantología no es un tratamiento traumático y que con unas simples instrucciones y medicación podemos conseguir que el postoperatorio sea corto y suficientemente tolerable para poder llevar una vida normal.