Muchos pacientes sienten una preocupación especial respecto al dolor que sentirán durante un tratamiento dental o tras la realización del mismo. El caso de la endodoncia no es ajeno a esta dudas, por ello queremos aclararlas:
¿Causa dolor el tratamiento?
La endondoncia, que también conocemos como tratamiento de conductos, es el procedimiento realizado con anestesia local mediante el que eliminamos la pulpa (el nervio) del diente de forma total. En este pulpa es donde se encuentran los nervios dentales que se pueden ver afectados por una infección, por una caries profunda, por traumatismos…
Es decir, cuando realizamos este tratamiento, lo que estamos llevando a cabo es la desinfección del paquete vasculo-nervioso del diente. El éxito de este tratamiento reside en la erradicación de las bacterias y así poder favorecer un ambiente favorable para la curación, por tanto, es un tratamiento que favorece a la conservación del diente en la boca.
Durante el procedimiento en la clínica, realizamos la desinfección química y mecánica del diente que, mediante anestesia local, no suele generar ningún problema. No obstante, hay casos en los que tratamiento puede resultar molesto, incluso con anestesia. Estos son casos donde el paciente ya suele venir con mucho dolor y la zona está muy inflamada, en consecuencia, la anestesia cuesta un poco más en llegar a hacer el efecto deseado tanto por el paciente como por el especialista.
¿Hay dolor después de una endodoncia?
Tras finalizar el tratamiento, al trabajar en el diente y posteriormente rellenarlo con la obturación de la raíz, la zona se puede quedar algo resentida durante varios días. En otras palabras, el paciente puede presentar molestias al masticar o al ejercer algún tipo de presión en la zona, pero esto se suele resolver con antiinflamatorios o analgésicos en las primeras horas.
Puesto que la anatomía dental es muy complicada en muchos casos, es muy importante trabajar con magnificación (lupas y microscopio) que nos permiten conseguir un éxito de entre el 89-94% en este tratamiento y reducir el riesgo de problemas posteriores. Por esta razón, la inflamación y la sensación molesta no debería durar demasiado tras el procedimiento.
No obstante, si esta sensación persistiera de forma permanente después de un periodo normal, es importante que el paciente acuda al odontólogo. Y es que en algunos casos puede haber también molestias post-tratamiento, es decir, el paciente puede notar sensibilidad dental en la zona tratada.
Si esto sucediera, el especialista tendría que volver a valorar la pieza tratada porque la molestia podría estar indicando que existe algún problema como por ejemplo:
- La falta de desinfección de los conductos radiculares.
- un conducto omitido.
- La extravasación del material de obturación que genera la inflamación de las fibras nerviosas.
- Una reconstrucción alta que puede generar molestias durante la masticación.
- La presencia de fisuras en el diente.
Y en estos casos se procedería con una reendodoncia. Pero para no llegar a ese punto, recomendamos proceder con una buena higiene dental y acudir a los controles que se deberían realizar tras el tratamiento, que en nuestro caso a los 1, 3, 6 y 12 meses. De esta forma podemos ver la evolución y curación absoluta del diente y posteriormente, realizar el recubrimiento cuspídeo necesario (corona o incrustación) devolviéndole al diente por completo su función por muchos años.