Una sonrisa perfecta y libre de manchas, erosiones u otros problemas que minan la estética de nuestra boca se consigue no solo mediante un correcto cepillado, sino que también con una alimentación variada y rica en ciertos nutrientes.
Las alteraciones que sufre nuestra estética dental pueden aparecer por numerosos factores, pero la alimentación y las sustancias que ingerimos influyen más de lo que imaginamos. Como todos sabemos, el café o el té pueden manchar los dientes y el tabaco, el alcohol o ciertos medicamentos pueden llegar a destruir nuestra dentadura y encías.
Y cuando hablamos de problemas puntuales como la caries, el azúcar se convierte, sin duda, en el peor enemigo. Lo mismo sucede con alimentos ricos en carbohidratos como las patatas fritas o las palomitas, los cuales, por su capacidad de adherencia, desgastan el esmalte dental y aumentan la placa bacteriana.
Por regla general podemos afirmar que todo aquello que es beneficioso para nuestra salud lo es también para nuestra boca. De este modo, si consumimos pescado, fruta fresca, frutos secos y carne con moderación, nuestra dentadura lo agradece y luce mejor.
Existen determinados alimentos que son altamente beneficiosos para nuestra salud bucodental, como sucede con los lácteos, ricos en minerales esenciales como calcio y fósforo. En el caso puntual de la leche, además, su proteína denominada caseína nos ayuda a proteger la desmineralización dental. Otros alimentos beneficiosos son aquellos que aportan las vitaminas B y C que protegen nuestra boca de infecciones.
En resumen, podemos afirmar que el cuidado de nuestra alimentación equivale al cuidado de nuestra boca, acompañado siempre, eso sí, de una buena higiene dental.