A pesar de que el verano sea la estación predilecta para muchos de nosotros por lo que conlleva de asueto, diversión, playa, piscina y un aumento de la vida social, las altas temperaturas de esta época del año afectan a nuestra salud bucodental.
Factores como el calor, una mayor exposición al sol y un aumento de la actividad deportiva provocan que nuestro organismo pierda agua y tenga que adaptarse y cambiar para poder mantener su hidratación y su concentración de sales. La sequedad bucal reduce nuestros niveles de saliva, elemento vital para el mantenimiento de nuestros dientes. Por ello es fundamental mantener una constante hidratación y una concentración adecuada de sales a través de la ingesta regular de agua y bebidas sin azúcar así como de frutas y verduras.
Además, las altas temperaturas forman el ambiente idóneo para la proliferación de bacterias que pueden producirnos aftas o boqueras que afectan a la mucosa bucal y favorecen el desarrollo de caries o gingivitis. Ya que la boca es el órgano en el que iniciamos nuestra digestión, la mencionada ingesta de alimentos frescos y beneficiosos durante esta temporada nos ayudará a prevenir estas enfermedades.
Si como ya sabemos es primordial mantener nuestra higiene dental, lo es más aún en esta época del año. El cepillado resulta fundamental, sobre todo el de antes de acostarnos ya que es durante la noche cuando los ácidos atacan a nuestros dientes. También resulta muy útil durante el verano enjuagarnos la boca varias veces al día.