Las opciones de ortodoncia han evolucionado con nuevos diseños y materiales. Hoy existe una gran variedad de brackets entre los que escoger, brackets cuya forma los hace prácticamente imperceptibles.
Por esta razón, ha ido aumentando la demanda de brackets estéticos, ya que muchos pacientes optan por corregir sus dientes con un tipo de ortodoncia que pase desapercibida. Y entre estas opciones, una de las más destacables es la ortodoncia lingual.
¿Qué son exactamente los brackets linguales?
Los brackets linguales son una de las opciones más solicitadas por los pacientes para un tratamiento de ortodoncia. Este tipo de ortodoncia lingual consiste en unas diminutas platinas de oro, extremadamente finas, que se fabrican a medida de los dientes del paciente y que se adhieren a la superficie interna de los los mismos mediante potentes adhesivos.
¿Y cuáles son sus ventajas?
Por su diseño, se trata de la opción de ortodoncia más estética, puesto que, al estar colocada en la cara interna de los dientes, no es visible al hablar o al sonreír. La otra gran ventaja es que el control en la corrección de los dientes se aprecia de una manera más clara, puesto que no hay aparatos en la cara frontal de la pieza dental.
La eficacia y la duración de los tratamientos con brackets linguales es la misma que con los brackets convencionales, por lo que respecto a esos factores no existen contraindicaciones.
¿En qué consiste el tratamiento con brackets linguales?
El tratamiento de ortodoncia con estos aparatos requiere de una serie de pasos. En primer lugar, y tras haber realizado un estudio clínico y radiológico exhaustivo, el ortodoncista realizará unos registros de los dientes que serán enviados a Alemania. Ahí es donde se fabricarán los brackets linguales, con un diseño personalizado según el paciente, que luego se remitirán al centro dental para su colocación.
La visita de colocación suele durar aproximadamente 90 minutos y tras la misma el paciente tiene colocados los brackets en la cara interna de las piezas dentales de una manera fija y estable. Tras este procedimiento, es necesario instruir en las técnicas de cepillado adecuadas al tratamiento, así como en la dieta y cuidados de los aparatos que se deberán tener en cuenta.
También es necesario realizar unas visitas de control cada mes. Estas son indoloras y suelen durar entre 15 y 20 minutos. Tras finalizar el tratamiento, que suele oscilar entre 12 y 18 meses, los aparatos se retiran y se colocan unos retenedores para evitar la recidiva de la maloclusión.
¿Cuáles son las reticencias más comunes?
Unos de los aspectos que más dudas generan en los pacientes antes del tratamiento es si los brackets linguales pueden interferir con el habla. Si bien es cierto que en los primeros días tras la colocación de los aparatos el paciente puede sentirse incómodo al hablar, en la gran mayoría de los casos el paciente se adapta en 1 o 2 semanas.
Nosotros recomendamos, a modo de prueba y antes de comenzar el tratamiento, colocar brackets convencionales por la cara interna de los dientes para que el paciente pueda experimentar esa sensación y comprobar si el habla se ve afectada o si no pueden adaptarse.
En los casos que hemos realizado esta prueba hemos observado que 8 de cada 10 pacientes toleran los brackets linguales, por lo que podemos decir que es una alternativa de tratamiento eficaz y tolerable. Una gran opción de ortodoncia estética.