Una de las principales razones por las que realizar un tratamiento de ortodoncia es solucionar problemas psicosociales relacionados con el aspecto facial y dental. En definitiva, mejorar el bienestar social y la calidad de vida de los pacientes. Por este motivo, la valoración estética es y debe ser una parte muy importante de la exploración clínica.
Es decir, un odontólogo no debe centrarse únicamente en los dientes después de echar un vistazo superficial al rostro. Es un error muy peligroso que un ortodoncista no evalúe minuciosamente la cara del paciente, de ahí la importancia del análisis facial en ortodoncia.
Este análisis facial se trata de un examen clínico, fotográfico y radiográfico que se realiza antes de iniciar el tratamiento ortodóncico. Esta exploración se utiliza como herramienta para establecer la correcta planificación del tratamiento, logrando así los mejores resultados a nivel de la sonrisa, pero también a nivel facial. Por tanto, es un examen y valoración de la forma de la cara, de los tejidos blandos y las proporciones faciales.
El análisis facial consta del siguiente sistema de exploración:
1. Proporciones faciales en los tres planos del espacio (macroestética)
Algunos ejemplos de los problemas que pueden detectarse en este primer paso son la asimetría, el exceso o deficiencia de altura facial, el exceso o deficiencia del maxilar inferior o superior, etc. En este paso, cabe destacar el análisis del perfil facial del paciente. Éste nos permitirá:
- Determinar si los maxilares están situados de forma proporcional en el plano anteroposterior del espacio (exceso o déficit de los maxilares).
- Valorar la postura de los labios y la prominencia de los incisivos. Por ejemplo, en un caso extremo, la protrusión de los incisivos (inclinación excesiva) en un paciente que podría haber tenido un apiñamiento grave de los mismos puede dar lugar a la alineación ideal de los arcos dentales a expensas de los labios, que se proyectan hacia delante y tienen problemas para moverse sobre los dientes protruidos.
- Reevaluar las proporciones faciales verticales (modificables durante el tratamiento mediante la Ortopedia en niños o la cirugía maxilar en adultos).
2. La relación entre la dentición y la cara (miniestética)
Este paso incluye la exposición de los dientes en reposo, al hablar y al sonreír. Y comprende evaluaciones tales como una exposición gingival excesiva, una exposición insuficiente de los dientes anteriores, una altura gingival inadecuada y unos corredores bucales excesivos o insuficientes.
3. La relación entre los dientes (microestética)
Esto incluye una evaluación de las proporciones de altura y anchura de los dientes, la forma y el contorno de las encías, los conectores y las troneras, los orificios triangulares negros y el color de los dientes.
A modo de resumen, a la hora de realizar un correcto diagnóstico ortodóncico no sólo tendremos en cuenta los dientes del paciente, sino que se analiza la sonrisa en conjunto con la cara para poder conseguir así los mejores resultados estéticos.